Arsenio Rodríguez “El ciego maravilloso de Güira de Macurijes”

Ignacio Arsenio Travieso Scull  conocido como Arsenio Rodríguez (Güira de Macurijes, Matanzas, Cuba, 30 de agosto de 1911 – Los Ángeles, Estados Unidos, 31 de diciembre de 1970), ese año de 1911 ocurrieron los nacimientos de varios músicos de suma importancia en la historia de Cuba: Ignacio “Bola de Nieve” Villa, Faustino “El Guayabero” Oramas, Armando Oréfiche, Eduardo Saborit, Antonio “El Monarca del Danzón” Arcaño, Mario Bauzá y Arsenio Rodríguez, entre otros).

UniVista TV WEB/ Tony Pinelli

Arsenio nació en la finca La Victoria, muy cerca de Güira de Macurijes, en el Municipio Pedro Betancourt en Matanzas, y a los pocos años se mudó al pueblo de Güines en la entonces provincia de La Habana.

Invidente desde muy niño se cuenta que la coz de una mula que recibió en la cara le provocó la retinosis pigmentaria que padeció. Es cierto que recibió la coz del mulo, pero la retinosis pigmentaria (retinitis pigmentosa se la llamaba en esa época) es una distrofia retiniana crónica, no trasmisible y de predominio hereditario, con gran heterogeneidad clínica, genética y evolutiva.

Además de su forma típica, puede presentarse de modo atípico o asociado. Su tríada clásica se define como mala visión nocturna, pérdida progresiva del campo visual y la presencia de pigmentos en el fondo de ojo, constituyendo una importante causa de discapacidad visual, según el criterio autorizado de distinguidos especialistas del Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria «Camilo Cienfuegos» La Habana, Cuba que fueron entrevistados para el centenario del gran tresero.

Arsenio se destacó en el aprendizaje de la música

Arsenio se destacó en el aprendizaje de la música, desde los 5 años ya viviendo en Güines. Fueron 12 años aprendiendo los secretos de los tambores congos: Yuka, Mula y Cachimbo con su padre Bonifacio Travieso, su tío Catalino “Güingo” Scull y su hermano mayor Julio.

 Era su tío “Güingo” quien lo llevaba a rumbas que se daban en distintos pueblos matanceros casi todos los fines de semana. Así, Arsenio conoció a los legendarios rumberos Manana, Mulense, Manteca, Andrea Baró, entre otras leyendas, de quienes aprendió los secretos de los toques de las rumbas; y con Tomás “Cuerdas” Tejera y su hermano mayor Julio se inició en el tres que luego fue perfeccionando con Víctor Feliciano Cárdenas.

Ya estando en La Habana, a Arsenio no le basta con lo que oye sonar y tiene dentro de sí un sonido diferente, agregando instrumentos y renovando formatos, que poco a poco va perfilando.

Arsenio Rodríguez “El ciego maravilloso de Güira de Macurijes”

Arsenio ingresó al septeto Boston

En 1936 ingresó al septeto Boston, dirigido por su primo Jacinto Scull, y en 1938, se unió al septeto Bellamar, que era de Esteban Regueira; de allí dio origen al Conjunto de Arsenio Rodríguez partiendo de este formato para crear lo que se conoce por “sonora” (tres, piano, tumbadora, bongó, clave, maracas, dos trompetas, guitarra y bajo) lo que le da un sonido distinto y hace que todos los ojos se viren hacia él. Nacía la forma de Arsenio, lo que él llamaría “Ritmo Diablo” y era toda una puerta hacia el futuro.

Arsenio Rodríguez “El ciego maravilloso de Güira de Macurijes”

Arsenio refleja la vida de una parte de la población

Ya tocando profesionalmente comienza a llamar la atención con composiciones que le cantan personalidades de vanguardia en la vida musical cubana, como Antonio Machín y la orquesta Casino de la Playa que hace un hit de su Brucca Maniguá en la voz de Miguelito Valdés quien le canta otros números de su autoría.

Ya es un personaje altamente reconocido en la vida musical cubana, que a pesar de su genio no lo acomoda fácilmente. La música de Arsenio refleja la vida de un segmento de la población que otros sectores tratan con demasiados prejuicios.

Arsenio es negro y la negritud no está sólo presente en su música, sino que se alza desafiante, siendo vanguardia y bandera; siendo moda y haciendo bailar a Cuba entera, al punto que comienza a desbordar fronteras, aún sin ser favoritos del establishment de entonces.

Arsenio fue la calle, el reflejo de la mulata de lúbrica cintura, del negro impecable con sus zapatos (quizás los únicos) de dos tonos brillando como espejos, llevando la rumba al plano instrumental de su formato sin que perdiera legitimidad al igual que el chachachá, donde logra un excelente sonido.

Piezas musicales de un evidente contenido social

Su labor como cronista lo hace incorporar piezas musicales de un evidente contenido social, como “Y no hace ná la mujer” de Bienvenido Julián Gutiérrez, una simpática y evidente defensa de las amas de casa; la tradición patriótica que parte de la trova, se encuentra con una emocionante “Cárdenas”, su canto a la “Ciudad Bandera” y Arsenio va retratando con su pincel maravilloso estampas cubanas a su manera y con un sonido propio que embruja todo lo que toca y va influenciando el quehacer musical desde el danzón hasta el bolero, donde destaca de manera inusitada.

Haciéndose a los que lo escuchan preguntar, de dónde un hombre ciego, pobre, de escasos recursos, que no tuvo acceso al brillo de los libros, puede sacar esas letras tan sensibles en contraste con los dicharachos y la manera de deformar ciertas palabras e incorporar otras en dialecto africano a la moda musical que impone con una maestría impresionante, desde el formato de conjunto que pone de moda, haciendo que decenas de septetos engrosen su plantilla.

Otra virtud de Arsenio fue saberse rodear de músicos de talla impresionante como los pianistas Lino Frías, Rubén González y Lilí Martínez Griñán, que lo comprendieron y llevaron adelante sus ideas, el gran Félix Chappottín, Cuní, Marcelino Guerra, Larry Harlow, Johnny Pacheco, en fin, con Arsenio tocaron verdaderas luminarias a través de su carrera.

¿Qué ocurrió cuando Arsenio emigra hacia EE.UU.?

Su carrera musical despega en La Habana, y sigue volando alto en Nueva York, Puerto Rico, Chicago y Los Ángeles.  Por esa época grabó con la orquesta Casino de la Playa, tocó con la banda de Tommy Dorsey, con Buddy Rich y trabajó también con Wooddy Herman.

Cuando emigra a los Estados Unidos, realiza otro rasgo de valentía propia de aquel hombre que no creía en discapacidades y estaba dispuesto a asaltar el cielo si fuere preciso.

Era una época donde “lo latino” comenzaba a imponerse como línea estética  Arsenio resultó una influencia definitiva para lo que hoy en día se reconoce como “Salsa”. Su manera de componer y orquestar halló campo y al igual que había hecho en su tierra, influenció a todos los que se encontraron en algún momento a su alrededor, pero con algunos elementos en contra.

No congenió con una serie de empresarios que se aprovechaban de los músicos más jóvenes, ya que Arsenio tenía un carácter impositivo y exigía condiciones en base a su experiencia y estatura artística; no tenía un físico para vender, a él había que quererlo en una tarima por su sonido y genialidad.

Él era un cubano que, aunque viviera fuera de la Isla, se mantenía apegado a sus costumbres.

Le dice que no a Fania Records porque entendió que la firma no le ofrecía confianza suficiente a sus estrellas y Arsenio era un hombre difícil para ser manejado por empresarios que sabían menos que él.

Hay algo curioso en la manera de ser de Arsenio: Según me relató Alfredo “Chocolate” Armenteros, cuando fue a entrar en la orquesta de Arsenio, Chocolate no tenía un traje parecido al que usaban como uniforme y Arsenio le dio una pieza de título “Me boté de guaño”, inspirada en una anécdota del propio Chocolate y le dio instrucciones para que el dinero de adelanto que daba ASCAP lo empleara en comprar el traje, así esta pieza aparece como autoría de Chocolate no de Arsenio.

Asimismo, “Fuego en el 23” registrada a nombre de “Lilí” Martínez Griñán, fue publicada en 1956 por el sello Puchito en un viaje de regreso a la Habana hecho por el ciego maravilloso quien residía en NY desde 1950 pero que con la finalización del contrato de RCA, se vio en libertad para plasmar su música en otros sellos y fue así como viajó a la Habana para grabar con la producción de Jesús Gorís ese álbum titulado Arsenio (Puchito SP-105) el cual fue reeditado en NY años más tarde con el nombre de sabroso y caliente (Puchito MLP-586).

Arsenio viajó a la Habana con Güito Kortright, quien cantó la mayoría de los temas del álbum junto a Cándido Antomattei y Julián Llanos. Esta canción específicamente habla de un conato de incendio sucedido en el edificio número 23 de la calle 65 en Manhattan donde residió Arsenio a mediados de los 50 y de donde el propio Güito lo sacó con vida.

¿Y la calle 110?

Curiosamente Arsenio nunca vivió en la 110 como reza la canción de la Sonora Ponceña, al parecer, creó una adaptación en búsqueda de la rima, más que de la realidad.

Si escuchan con atención la canción original cantada por Güito dice: «En el twenty three West, de la Sixty fifth, no se puede estar tranquilo…» Mucha gente no sabe que esto fue grabado en Cuba ya que Arsenio vivía en New York, pero contó con el apoyo en la isla de su viejo amigo Chocolate Alfonso.

Sin que exista prueba de ello, Lilí Martínez pudo haber hecho el arreglo y quizás alguna que otra modificación a la pieza original, por lo que Arsenio puede haber puesto la pieza a su nombre como hizo con Chocolate, en “Me boté de guaño”. La letra descriptiva corresponde al estilo de Arsenio, pero además Lilí no fue a New York con la orquesta.

Arsenio y su influencia en los EE.UU.

Arsenio decidió ir a tocar a Los Ángeles a finales de los 60 y su presencia en esa gran ciudad también influenció esa región de tanto público latino, pero en New York con toda justicia, se le reconoce como uno de los padres de la salsa.

Allí experimentó con varios sonidos, e incluso trata de lograr el ritmo “quindembo”, donde evidencia la influencia recibida de la música norteamericana, pero le faltó tiempo y vuelo, quizás por no tener el apoyo financiero que hubiera valido la pena brindarle.

Arsenio fallece en Los Ángeles, el 31 de diciembre de 1970, cuando aún le quedaba bastante por dar, su nutrida producción es conocida por muchos que profundizan en su interesante quehacer, sin embargo, mucha de la obra que produjo en los Estados Unidos, donde tuvo la virtud de no perder raíces, no es suficientemente conocida en Cuba por la situación de enfrentamiento entre los dos países, que nos ha afectado en muchos campos más allá de la política.

No obstante su música está presente en muchos de los repertorios de importantes figuras de la música popular cubana y si a su legendaria historia se le añade que muchos de sus números aún se tocan, que los grandes de la música cubana siempre lo citan y mantienen vivo, que de Arsenio aún queda mucho por descubrir por los jóvenes músicos y público en general estamos convencidos que le van a dar su justo lugar al descubrirlo, al “Ciego Maravilloso de Güira de Macurijes”.

Fuentes:

Cristóbal Díaz Ayala, Alfredo Armenteros, Miguelito Cuní, Jairo Grijalba, Kike Lucca, archivo personal

Diciembre 2020   

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